
Hola mis querid@s golos@s, hoy esta receta es una despedida, sí, sí una despedida de un reto muy querido para mí, ya que hace tres años cuando abrí el blog, este reto LA COCINA REGIONAL ITALIANA fue el primero en el que participé y le tengo un cariño muy especial y también a su creadora Maggie y a su CAJON DESASTRE DE MAGGIE que después de seis temporadas de dirigir el reto ha decidido que ya era hora de ponerle fin. Y es que todo tiene un principio y un final, y desde aquí quiero agradecerle a Maggie los buenos momentos pasados en este bonito reto.
Esta receta que os traigo (este mes podíamos elegir una de las recetas del reto que no hayamos podido realizar, sea dulce o salada) en principio nos ha traído un poco de quebraderos de cabeza, ya que haciéndola al pie de la letra tal como ponía en el libro el resultado no era el esperado..
Yo gracias a los intentos frustados de mis compañeras (y el mío propio en su momento) y comentados en el grupo que teníamos en facebook del reto Cocina Regional Italiana y a las versiones publicadas en su día he ido a piñon fijo y he optado por añadir un poco de agua a la receta y poner menos miel y la verdad es que me ha salido muy bien, eso sí a la segunda jajajaja, porque esta vez la he hecho dos veces, ya que la primera me ha salido buena pero no había estirado mucho la masa y más parecía una coca de panadero un poco alta, y una focaccia tiene que ser un poco fina, crujiente por fuera y esponjosita por dentro aunque no sea muy alta y es que tenía que haber estirado muy bien la masa y no lo hice tampoco, pero bueno eso sí estaba riquísima y junto a mi café con leche de la mañana desaparecidó en un plis plas gracias a la colaboración de mi esposo, el segundo gran goloso de la casa.
Pero esta vez a la segunda intentona ya ha sido un éxito y otra vez con un café con leche en la merienda hemos dado cuenta de esta rica foccacia a la miel, al menos a nosotros en casa nos ha encantado y la próxima vez la haré con harina de trigo de fuerza y será espectacular jajajaja.
Bueno ahora vamos a por la receta que es muy facil y muy rica también.
INGREDIENTES
400 g de harina de centeno
1 sobre de levadura de panadero
180 ml de agua tibia
90 ml de aceite de oliva
8 cucharadas soperas de miel
1 cucharadita de sal
1 cucharadita de azucar
1 cucharadita de orégano en polvo

PREPARACION
En un bol poner la harina, la levadura seca de panadero, la cucharadita de orégano, la sal y el azucar
Mezclarlo todo.
A continuación pondremos el agua en un pote, le añadiremos la miel y dejaremos que funda sin llegar a hervir.
Añadiremos esta mezcla (tiene que estar tibia) poco a poco al bol de la harina e iremos amasando.
Formaremos una bola y la guardaremos en el bol tapada con un paño limpio dentro del horno apagado.
Dejaremos levar una hora.
Una vez la masa ha levado (casi ha doblado su tamaño) la sacaremos y la estiraremos con el rodillo, la teneis que estirar bien, ya que es una focaccia y ha de quedar finita.
Ahora la pondremos en una bandeja para ir al horno sobre papel de hornear.
Ahora la hornearemos en horno precalentado a 180º calor arriba y abajo hasta que veais que está ya doradita, yo la he tenido 20 minutos, porque al ser harina de centeno es dificil ver si ya está dorada y estaba en su punto.
Una vez lista dejarla enfriar sobre una rejilla fuera del horno y ya está lista para degustar.
También podeis espolvorearla con un poco de azucar glas y canela, yo está vez la he tomado tal cual.
Y eso es todo, os aseguro que acompañada de un café con leche o un thé está deliciosa o con una copita de moscatel también.
Esta receta es típica de la región de la Basilicata en Italia y en este enlace encontrareis todas las ricas foccacias que en su día elaboraron Maggie y mis compañeras en el reto.
Y AQUI encontrareis las recetas dulces que para la despedida del reto han elaborado este mes las participantes al mismo.
Y ya sabeis ehhh os espero y os espero ...
